7 de Septiembre 2004

CUÉNTAME UN CUENTO

... Aburrida de sus juguetes Martina comenzó a vagar por las habitaciones en busca de una nueva diversión, algo que le hiciera olvidar los días que le quedaban en casa de la abuela... En su afán de distracción subió al desván, rebuscó sin saber muy bien que deseaba hallar y encontró un baúl de madera en cuya tapa se hundían unas flores de almendro talladas con una sinuosidad esquisita, propia de las manos del abuelo. El cofre no era muy grande pero parecía pesado y la curiosidad hizo que las manos de la pequeña se depositarán sobre la cerradura con total decisión, ajenas al miedo a lo que aquel austero trasto pudiese contener. Abrió el baúl y el cuarto se llenó de polvo.Martina se asomó,no veía nada, el baúl estaba vacío... Cuando el polvo se esfumó Martina escuchó unas vocecitas que parecían provenir de sus pies; miró hacia abajo y no vió nada pero sintió una especie de ráfaga que la sacudió hasta tirarla al suelo...Miró a su alrededor algo confundida, y con cara de asombro se vió rodeada de todos los afectos: El cariño,la complicidad, el respeto,la ternura,la confianza,la fidelidad... pero sin duda , sobre todos ellos, a Martina le cautivó el amor, un afecto lo suficientemente complicado para llamar la ávida atención de una niña de 7 años.
Emocionada por aquel descubrimiento , jugó con los afectos durante toda la tarde: la complicidad conseguía despertar su mejor sonrisa, el cariño le brindaba un calorcito que le recordaba a las manos de mamá, el respeto le hablaba muy seriamente de su cometido y la ternura acariciaba su pelo hasta hacerle cosquillas... Pero era el amor el que conseguía aunar todas aquellas sensaciones, el que hacía que el estómago de Martina se llenara de mariposas, el que le hacía reir hasta llorar, el que le quitó el sueño aquella noche mientras hablaban... Era una sensación tan hermosa!!

Necesitarse,quererse, amarse, Martina estaba inmensamente felíz porque sabía que lo que había encontrado en aquel baúl era para siempre y para siempre sería... Sólo la inocencia de un niño no contempla fin alguno.
Una noche, pasado algún tiempo,Martina se dispuso a abrir una vez más el baúl, pero esta vez no encontró nada, absolutamente nada; se extrañó al no oir las vocecitas y pensó que los afectos estaban jugando al escondite con ella,así que se dispuso a seguir al juego. Buscó por toda la casa llamándolos uno por uno e insistiendo en el nombre de su predilecto, pero el amor no aparecía por ningún lado... Miró dentro del baúl concienzudamente, observando si había alguna pequeña fisura por la que los afectos se hubieran podido escapar, pero no encontró nada, nada... De repente, se vió despojada de todo aquello que le hacía tan dichosa; con el amor se habían ido el resto de sentimientos y la niña no entendía por qué... ¿Qué había hecho? O peor...¿Qué no había hecho?
¿Acaso se había portado mal? ¿Acaso el amor ya no le quería? Quizá eso ya no importaba, porque ella seguía queriendo al amor, y sabía que sería así hasta que fuera muy mayor, tan mayor como la abuela o más...

Aquella noche Martina se sentó en la mecedora del abuelo, se tapó con su mantita y se quedó mirando el baúl,esperando un mínimo moviento, aferrada al grácil hilo de la esperanza... Y la luna le acompañó durante todas las noches, hasta que se hizo tan grande como la abuela...

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Escrito por Soraya a las 7 de Septiembre 2004 a las 12:31 AM
Comentarios

Ya podias haber elegido otro nombre pa la niña caxo perra... como no hay suficientes en el mundo xD

Escrito por NaVe a las 7 de Septiembre 2004 a las 12:39 AM

Martina debería haber salido a buscar otro baúl.
O, mejor, ir a la casa de campo a comprarse uno nuevo.

Escrito por Somófrates a las 7 de Septiembre 2004 a las 12:54 AM

Bueno hija mía he hecho lo que he podido, lo del calendario ha sido toda una odisea, el resto copiar y pegar.Lo tienes todo como antes ein!
Ya sabes lo del calimocho jijiji

Escrito por K-c a las 7 de Septiembre 2004 a las 09:13 PM

Dios, pos q gracia hacerse grande como la abuela... desde los 7 hasta los ... 80? en una mecedora... uff q jodio XD

Escrito por Wayne a las 7 de Septiembre 2004 a las 10:08 PM

La verdad es q sigo impresionado por tu forma de escribir. Besos fitipaldi!

Escrito por cosa a las 8 de Septiembre 2004 a las 01:50 AM

Pues pobre niña,menos mal que se sentó a esperar,por lo menos no se cansó.
Bromas a parte, hay muchas que una vez también creimos descubrirlo,pero que luego desapareció, a veces por falsas esperanzas y otras simplemente porque no funcionó.
Moraleja de la historia de Martina:Los caprichos pueden ser perdonados,pero es un crimen despertar una pasión duradera para satisfacer un capricho.
Asi que si el AMOR no pensaba volver, que no se hubiera tomado la molestia ni siquiera de aparecer.

Escrito por damadelorien a las 8 de Septiembre 2004 a las 10:37 PM

Me ha dejado anonadada,bella dama...

Escrito por Soraya a las 8 de Septiembre 2004 a las 10:40 PM
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