El cansancio se dejaba notar en sus ojos, pero con mirada firme y definitiva le preguntó:
- Eres feliz?
(silencio, silencio, silencio)
- Sí, creo que sí...
- Entonces deja que yo también lo sea....
Tras esto se alejó, y ni si quiera la nostalgia provocó ademán alguno en su paso...
Tocotó!
Escrito por Rufis a las 28 de Septiembre 2004 a las 12:39 AM